El Museo de la
Universidad de Antoquia
Pero
como es sabido, todo proyecto educativo y cultural es un proceso y requiere
tiempo para cualificarse y posicionarse, y de ello ha sido protagonista el Museo Universitario, al cual hoy
estudiantes, profesores y directivos del Alma Mater y público en general visitan con orgullo e
interés; ante ello, resulta fundamental
conocer los momentos históricos
de su formación como templo del arte a fin de
valorar realmente lo que implica
hablar del Museo actualmente.
Es
así como de acuerdo con Marcela Marín, Secretaria del Área de Comunicaciones
del Museo: “Desde finales del siglo XIX muchos directivos del Alma Mater
tuvieron la idea de formar un Museo, pero sólo hasta 1942, ese sueño se
materializó con Eduardo Zuluaga Hoyos, profesor de Ciencias Naturales que contó con el apoyo del rector Julio Cesar
García, dando origen al Museo con la primera colección que era de Ciencias Naturales
y recibió el nombre de Francisco Antonio Uribe. En 1943 se produjo la
fundación de una segunda colección, la de Antropología gracias al profesor Gracialiano Arcila Vélez. Desde 1953 el museo
se hallaba ubicado en el centro de la ciudad, específicamente en la calle Pichincha, en una casa de
ambiente señorial hasta que en 1968 se decidió localizar el museo en la ciudad universitaria, momento
en el cual se creó la colección de Artes Visuales gracias a la gestión del
Maestro Carlos Mejía Mesa.
Pero
la situación no fue fácil ya que la necesidad de recursos económicos demoró las
tareas de montaje de las obras y la elaboración de un guión para el
funcionamiento del Museo; hasta que finalmente dicha labor fue apoyada en la
década del 70 por el asesor del gobierno
alemán Ulrich Lober, Colcultura y La Asociación Colombiana
de Museos: Acom, y mediante un Acuerdo expedido por el Honorable Consejo
Superior se avaló la creación del Museo Universitario.
Para
1993 se creó la Colección
de Historia por el profesor Graciliano Arcila, la cual está ubicada en el edificio de San Ignacio (El Paraninfo),
creación que supuso un gran logro, pero el trabajo no ha cesado y a partir de 1999 a nivel de la Facultad de Medicina en
el Departamento de Morfología se propuso la creación de una colección dedicada
al Ser Humano, idea que fue acogida por la Dirección del Museo y se hizo realidad en el 2002 con la exhibición de una colección
de piezas y preparados anatómicos que durante 32 años habían sido conservados
por el doctor Jairo Bustamante Betancur, en colaboración con profesores y estudiantes de Medicina para
emplearlos como instrumento de pedagogía.
Y
la más reciente obra fue la creación en el 2001 de la Sala Galileo
Interactiva ubicada en el sótano del Museo, donde se albergan 56 montajes interactivos y 70 diseños gráficos referentes a temas
científicos.
De
esta manera, las seis colecciones albergan miles y miles de objetos que han
contribuido al posicionamiento del Museo; en tanto Ciencias Naturales contiene 23.420 piezas entre esqueletos,
animales disecados, pieles, fósiles, ilustraciones; Artes Visuales aporta
1.675 obras de carácter bidimensional y tridimensional, haciendo énfasis en los
maestros regionales; Historia cuenta
con 1.500 elemento patrimoniales y 6.000 imágenes conservadas en el archivo
fotográfico referentes a la trayectoria bicentenaria de la universidad; El
ser Humano ofrece un amplio legado de colecciones de huesos, fetos,
disecciones y demás preparados anatómicos. Y por su puesto, no podían faltar
los aportes de la Sala
Galileo donde se hallan 56 montajes interactivos y 70 diseños
gráficos referentes a las ciencias
exactas y naturales.
Pero
ante este logro tan significativo no sería pertinente pasar de largo, sino por
el contrario, conocer cómo se llevan a cabo las políticas culturales en cuanto a extensión, servicios,
conservación, restauración y difusión a partir de los conocimientos aportados
por Marcela Marín.
En
lo que respecta a La Extensión es preciso saber que el museo está adscrito
a la
Vicerrectoría de Extensión de la Universidad , y brinda
una amplia programación con la cual busca vincular a la comunidad
universitaria, al sector educativo desde los 3 años en el preescolar hasta el
grado 11º , a la tercera edad y al público en general, para lo cual se han
creado programas como el Grupo Helios, Café en el Museo, Talleres, Visitas
guiadas a grupos de estudiantes y a los de la tercera edad, exposiciones,
bienales de pintura y dibujo; motivos por los cuales el museo es reconocido
como un centro cultural de primer orden con una
función cultural y social; así como de acuerdo a las clasificaciones de
los Museos con base en el escalafón del International Council of Museum (ICOM),
el museo Universitario es reconocido como de cuarta generación, es decir, con
un valor muy alto, en tanto tiene colecciones propias, montajes y
servicios, programas, y fomenta la investigación.
El
portafolio de servicios es de alta calidad
y cobertura poblacional, como el
caso de las exposiciones transitorias e itinerantes, las asesorías a profesores
y alumnos, las salidas de campo y los
laboratorios con base en las colecciones, los talleres, la tienda de souvenirs,
por no citar más ejemplos, están orientados al mejoramiento de la educación
formal y no formal en sus diversos niveles.
En
lo que compete a la restauración y conservación, el museo asume
un rol de custodio del invaluable patrimonio artístico y cultural que
hay en sus colecciones; razón por la cual, los profesionales se esmeran en el cuidado de las pinturas, esculturas, cerámicas, fósiles,
etc, sumado al adecuado manejo de la luz, el aire, la decoración, las vitrinas
y la ubicación de las obras, labores que son coordinadas con el curador de cada colección.
Toda
esta ardua labor obedece a la proyección
del Museo, al pretender convertirse en un gran centro de información y
formación cuya misión es similar a la de
la biblioteca, en consonancia con su lema: “El museo: punto de encuentro”
para la ciencia, el arte y la cultura de la comunidad universitaria y quienes
lo visitan.
Lo
importante es que el Museo no trabaja en silencio, pues su labor de difusión es
amplia y permanente, a través de la Emisora Cultural
de la Universidad
los jueves tienen un espacio llamado:
“Punto de encuentro” así mismo, disponen
de la página, web, los afiches que se
publican en las carteleras y en las
porterías, el catálogo mensual, el boletín Códice de publicación trimestral,
los volantes en la recepción y en los puestos de información, un espacio en el
Canal Universitario (U), la
Agenda Cultural , El periódico
del Alma Mater, y por supuesto toda la información vía telefónica, todo ello
liderado por el Departamento de Comunicaciones, orientado por practicantes de la Facultad de
Comunicaciones de la
Universidad.
Además
cuentan con un gran centro de documentación en el tercer piso del Museo donde
es posible encontrar información sobre antropología, ciencias naturales, artes
visuales, ciencia, tecnología
interactiva; y por supuesto, información sobre la museografía y la
museología.
Pero
si la gente no quiere irse sin un recuerdo del Museo, tiene a su disposición la Tienda de
Souvenires, donde encontrará
postales, llaveros, lapiceros y otra variedad de objetos que propician la
valoración por el patrimonio cultural, y a su vez, se constituyen en un apoyo
económico (aunque el costo de los objetos es mínimo) para la divulgación científica y cultural del Museo.
El
carácter de gratuidad del ingreso al
Museo, hace pensar que quien no lo visite no sabe lo que se está perdiendo, y la falta de
dinero no es la excusa, pues a
diferencia de otros museos
pertenecientes a la Red
de Museos de Medellín, la entrada al Universitario es gratis, lo que no ocurre
en el caso del Museo Interactivo de EPM, La casa Museo del Zoológico Santa
Fé y El Museo de Antioquia, y otros más.
Dentro
de las políticas culturales: “se espera continuar con la entrada gratuita a
todos los eventos, al igual que la invitación al público de todas las edades, y como si esta labor no
fuera suficiente, el museo quiere seguir interviniendo en la descentralización
de la universidad, haciendo participe a la comunidad estudiantil en las sedes
regionales con majestuosas exposiciones
como el caso de la sede de occidente en Santa Fe de Antioquia, donde en el
presente mes se lleva a cabo el primer
salón nacional de fotografía antropológica en el marco del XI Congreso de
Antropología en Colombia; es así, como las subregiones también serán prioridad
para la actividad museográfica” 1 afirmó Marcela.
Una
visión como está es referenciada también
por Lina Marcela Correa “Dentro de las políticas culturales y las proyecciones
del Museo, se busca alcanzar un impacto a mediano plazo con la vinculación
continua de visitantes a los cuales se pretende
formar a nivel de grupos y no de
manera desarticulada como ocurre con los
otros museos de la Red ,
donde la interacción se limita
generalmente a una visita esporádica y a que el sujeto cumpla un
rol de simple espectador”2
Queda
por tanto, el convencimiento de que el Museo Universitario propende por una invitación no tan individualizada
sino de acogida grupal, de modo que quien llegue por vez primera, quede
cautivado y regrese una y otra vez, no sólo a observar sino a interactuar, a
participar en los talleres, ciclos de cine, laboratorios y de esa manera crear
lazos de interés por la cultura y el conocimiento.
Es
el momento propicio para hablar de los Programas del Museo, y una
muestra espectacular la constituye la incentivación a la investigación
estudiantil en la universidad referente a las colecciones del Museo, mediante
ello se invita anualmente a los alumnos de pregrado y postgrado a participar,
sin privilegio sólo para la Facultad de Artes, en tanto se busca que todos los estudiantes
se involucren.
El
programa brinda un incentivo económico
con un tope de ocho salarios mínimos
legales mensuales para la
financiación de los gastos y costos que
requiera el estudiante investigador. Para ello deben participar en una
convocatoria, y quienes salgan favorecidos podrán hacer palpable uno de los
objetivos del museo: facilitar la labor investigativa para la conservación del
patrimonio, realizar practicas y laboratorios en las colecciones, documentar y
contextualizar las colecciones,
enriquecer y ampliar el material del
centro de documentación, lo bueno del caso es que el estudiante no trabaja en
solitario, sino que cuenta con la asesoría de un profesor especialista en el
área al igual que con el curador y los auxiliares de las respectivas
colecciones.
Y
además, puede participar El Seminario
Permanente de Antropología, Arqueología, Datos y Método: que se constituye en un conjunto de
conferencias y conversatorios para divulgar los avances y resultados de los
proyectos de investigación, labor realizada en asocio con la Corporación para la Investigación en
Arqueología y Antropología CIARA.
A
esta altura del discurso resulta fascinante seguir hablando del museo y es hora
de destacar la labor desarrollada con los integrantes del grupo Helios,
Recreación y Deporte para el adulto mayor, programa con el cual se vincula
a los abuelitos al conocimiento didáctico y divertido del Museo, esta población
que cotidianamente es relegada y subvalorada al creer que ya no pueden aprender y que están muy
viejos para educarse, tiene un papel protagónico en el museo universitario,
donde muchos se sienten a gusto y aprenden con las explicaciones de los guías y monitores, lo mejor es que no
pretenden que los visiten sólo una vez, y por ello, organizan una convocatoria
semestral en febrero y julio para vincular a los abuelitos a las diversas
actividades mediante talleres, conferencias y salidas de campo
relacionadas con las colecciones.
No
solo los abuelitos tienen su espacio en el Museo, también los artistas del
municipio y el departamento están invitados a participar en el programa llamado:
Salón Nacional de Artes Visuales, Universidad de Antioquia; el cual va de la mano de los Premios
Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia buscando que hagan parte de los
salones especializados en escultura, grafica y dibujo. Ello explica porqué las
salas y paredes del museo no se ven nunca
vacías ni a la espera de obras,
pues hay una gran demanda de artistas, en tanto para un artista se constituye
en una profunda alegría y un honor el hecho de exponer en estas salas.
Los
estudiantes del Alma Mater tampoco pueden quejarse, pues para ellos también hay
una gran oferta de programas, tales como los llamados: Viernes al taller, donde
se abordan temáticas especificas de cada colección; Café en el Museo
espacio de todos los miércoles mediante el cual los artistas expositores
orientan una visita guiada para los espectadores; así mismo, cuentan con Las
tardes de concierto donde los estudiantes y profesores del Departamento de
Música de la Facultad
de Artes interpretan en vivo diversas obras clásicas de la música universal.
Dadas
estas condiciones se puede afirmar que
el museo es para grandes, chicos, jóvenes y abuelitos, y es aquí donde llego a
la parte que más me interesa y sobre la cual deseo enfatizar: las visitas
guiadas para los grupos de preescolares, escuelas y colegios, porque yo
alguna vez hice parte de ello, cuando estaba en el colegio y la profesora nos llevó a un visita, y ahora que tengo la
posibilidad de conocer de fondo el funcionamiento del museo no quiero dejar
pasar de largo la posibilidad de aprender más y repensar mi experiencia con el
arte. Lo bueno es que ahora tengo la dos experiencias: como protagonista y como
observadora de dicho programa en la actualidad.
Puede
decirse que el museo vibra con la llegada de los niños y jóvenes, ya que este
museo no tiene frías paredes, oscuros pasillos y ambiente de soledad, por el
contrario, en el se respira vida,
alegría y armonía; cada vez que lo habitan los visitantes llenos de
expectativas y dudas sobre que es el
arte y cómo vivenciarlo. Una experiencia como esta la tuve yo hace pocos años
cuando visité el museo por primera vez, y aunque me impactó mucho la Colección de Ciencias
Naturales a la cual asistimos, realmente nuestra visita no tuvo el alcance que
hoy a partir de esta investigación, descubrí que tiene una visita de estas.
En
aquel entonces la profesora y el grupo nos limitamos a caminar y escuchar, sólo
algunas alumnas peguntamos, y al llegar al colegio debíamos hacer un resumen
sobre lo observado. Quizás por el desconocimiento de la profesora y porque aún yo no tenía la suficiente
madurez cognitiva ni el interés (estaba
en 7to grado), no exploré más allá y el aprendizaje sobre el museo se quedó
sólo en eso, una visita esporádica, como un paseo.
Por
ello, esta vez me tomé el rol en serio y estuve preparada a la llegada de un
grupo de alumnos de 10º grado, mientras estaban afuera, yo observaba sus
rostros y escuchaba sus expresiones de alegría para conocer el museo, al
acercarme a uno de ellos me comentó que
la vista hacía parte de un
proyecto del área de Artística sobre las pinturas y esculturas, y que
posteriormente continuarían el trabajo
en el colegio, hecho que me llevó a pensar que el maestro es quien debe orientar bien y articular esta visita con el saber que se
enseña para que la experiencia sea significativa.
Por
cuestión de tiempo, ya que la visita tiene una duración de dos horas, sólo se
puede visitar una colección, en este caso el docente había elegido la Colección de Artes
Visuales donde observaron pinturas contemporáneas de artistas de trayectoria
regional y nacional, en tanto una de las políticas culturales es la
especialización en este tipo de artistas. A medida que se hacía el recorrido,
yo iba acompañándolos y vivenciando esa nueva experiencia; entre tanto, el
profesor y el guía iban ampliando conceptos sobre las técnicas empleadas por el
artista, las temáticas, las dimensiones de las obras y respondiendo preguntas
de los alumnos que lograron relacionar
sus saberes previos con lo vivido en ese instante.
Realmente,
había buena motivación e interés en los
alumnos y por ello resultó divertido el aprendizaje; al final, el profesor
realizó una ronda en la zona verde del museo para escuchar opiniones,
sensaciones y les invitó a dibujar algunas de las obras de mayor impacto
personal; además, hizo un sondeo para asistir a uno de los talleres que ofrece la Colección de Artes
Visuales, cuyos títulos resultaron muy sugestivos: El retrato; líneas que
son dibujos; naturaleza muerta
naturaleza viva; el paisaje, mirando el arte, la goma del grabado; jugando con
el espacio; la expresión del color: una aventura e introducción al lenguaje
grafico. De esta manera, los alumnos
y el profesor quedaron en discutir el tema en calase e inscribirse en uno o
varios de los talleres para darle continuidad a la clase de artística. Por último, los alumnos socializaron los
dibujos realizados y salieron para su colegio.
En
ese momento recordé cuán diferente había
sido la visita superficial y sencilla en que yo había participado con mi grupo
cuando estaba en el colegio, y con esta
nueva vivencia, inicié una conversación con Lina Marcela Correa Vargas encargada de la programación y
orientación de las visitas escolares, con el propósito de confrontar lo que yo
había escuchado y observado, y la explicación que ella podría brindarme.
Gracias a ello comprendí, que lo bueno de estos programas escolares es que
antes de ingresar al museo, los alumnos pueden pertenecer a una clase social
alta, media o baja; tener conocimientos de arte o ser novatos en el área, pero al ingresar al museo
esas barreras desaparecen, y los alumnos tienen iguales oportunidades ante esta
experiencia artística.
“La
orientación didáctica y lúdica en el
Museo desde la
Administración y los guías, es realizada por estudiantes
próximos a graduarse en los pregrados de la Facultad de Educación, lo que torna más
amena e interesante la visita ya que son ellos quienes mejor conocen las actividades, estrategias y el lenguaje
propicio para acercar a niños y jóvenes
con la experiencia artística; de modo que a la convocatoria para cubrir
estas plazas, sólo se reciben futuros licenciados; además del guía a cargo, siempre hay un monitor por
colección dispuesto a ayudarle a los
visitantes; pero el museo no se conforma con que tenga una formación de
pregrado sino que los vinculan a proyectos investigativos, capacitación y evaluación para cualificar el servicio” explicó Lina Marcela Correa.
Lina
como directa responsable de los guías,
suele acompañarlos durante los recorridos
con los grupos ara evaluar el desempeño en cuanto a la puntualidad,
normas de cortesía, manejo del lenguaje y terminología adecuada a la población, así como el espacio que
brinde para formular o responder
preguntas de los estudiantes. Dicha evaluación no está dada en términos cuantitativos sino
cualitativos buscando asesorar a cada guía en los aspectos positivos y a
mejorar, haciendo un estudio detallado del manual de funciones del guía y el
tallerista.
Lo
interesante es que este programa no es unidireccional, es decir, que no sólo se
trabaja con los alumnos sino con el docente, y se está buscando
involucrarlos en programas a mediano y
largo plazo, donde la visita no sea desarticulada, sino que los maestros
vinculen el recorrido a un proyecto de aula, es por ello, que se están
organizando talleres mensuales, inicialmente con profesores del Área de
Artística, pero el propósito es extender
rápidamente la invitación a las demás asignaturas escolares. De manera que a ella
le corresponde estar en contacto con
los docentes visitantes ya sea vía
telefónica o e-mail, para continuar con el vínculo, a fin que ese es uno de los
objetivos del museo: aportar al mejoramiento de la calidad de la educación y
servir como medio para el enriquecimiento espiritual y artístico de quienes lo
visitan.
La
asesoría de la cual tanto me habló Lina, la pude observar en el momento en que
llegaron dos maestros para solicitar una vistita con un grupo, y debido a que no habían
decidido cuál colección conocer, ella los acompañó hasta cada colección para
darles una orientación básica y
posibilitarles la toma de la decisión.
Además
de este programa de las visitas guiadas, se cuenta con el denominado Títeres
en escena para el público infantil entre los 3 y 8 años, con un guión
correspondiente a cada colección, es así como Antropología presenta su
obra: Colorín Colorado ya sé quien te ha creado, con la cual explica la
evolución del hombre; Ciencias
Naturales a través de la obra titulada: Hablemos con los animales busca
sensibilizar a los niños frente a la extinción y el cuidado ambiental; Artes
Visuales con sus dos obras: El
Unicornio aborda el tema de los valores, y a Pulso y fantasía se refiere a la vida y obra de Francisco
Antonio Cano; la Colección
de Historia presenta su obra: Pastorcita:
para hablar sobre la importancia de la Historia ,y por supuesto, La Sala Galileo
Interactiva a partir del montaje Juanito
Preguntón, explica conceptos
científicos básicos.
Pero
si el museo ofrece programas para los niveles
educativos de preescolar, primaria y secundaria, no podía dejar atrás a
la media ,grados 10º y 11º , claro está que el ingreso es permitido a todo el
público, pero la sala está concebida básicamente para que los
jóvenes mediante la experimentación construyan el conocimiento a partir
de montajes, gráficos y
representaciones.
Allí
mensualmente se hace la exposición sobre la vida y obra de personajes que han
hecho grande a la ciencia con sus
inventos y descubrimientos; y lo bueno es que existe la posibilidad de
interactuar con las maquetas y las replicas de dichos inventos para palparlos y
sentir de cerca el movimiento, la electricidad, la termodinámica, el
magnetismo, las ondas, la óptica y otros temas de interés.
La
facultad de Medicina también contribuye
a estos objetivos con la
Colección del Ser Humano, donde se brinda un
conocimiento real del origen, estructura
y función del cuerpo. Allí encontrarán numerosas piezas y muestras anatómicas
que desde 1999 han servido para los estudiantes y de educación media del Área Metropolitana.
Ante
esta recorrido histórico por el Museo Universitario, sólo bastan palabras de
agradecimiento y felicitaciones de modo que cada una de ellas se constituya en
un aplauso de reconocimiento y distinción para los fundadores, directivos, curadores,
guías, monitores y demás personal que conforma la gran familia del Museo por la
labor titánica que han realizado hasta el momento, y que aspiran continuar,
pues es claro, que el posicionamiento
que tiene hoy el museo no es gratuito ni
merito de una sola persona.
Queda
entonces, hacer una reflexión para el
público y los docentes de Medellín y el Área Metropolitana (por la
cercanía), ya que el Museo da lo mejor de sí y tiene un abanico de posibilidades que cualquier centro
universitario envidiaría; pero las instalaciones solo adquieren vida cuando las
visitan, las recorren, las miran, las escuchan, las sienten y para ello los
docentes deben acercarse más al museo y aprovechar al máximo este invaluable
tesoro, sin pensar que su desconocimiento e inexperiencia con el arte y las
demás colecciones puede ser un impedimento; por el contrario, el reconocimiento
de ese desconocimiento es el punto de partida para aprender.
De
igual modo, a los estudiantes universitarios del Alma Mater y de otras
instituciones les queda el compromiso de convertirnos en hijos del museo y ser
participes de sus eventos, pues ya no necesitamos que un docente los lleve, por
cuenta propia se puede acceder al mundo de museográfico.